Karen Pesenti

The real primera cita:”Bar de mierda”otra vez, saca de su mochila una version de Frannie and Zooey, me cuenta que ese es su libro favorito y a su vez una especie de tesoro que le recuerda el último momento feliz con su ex, pero quiere oirme leer en inglés, porque me habia cantado una canción por wasap anoche. Toma su telefono para comenzar a grabar mi voz, yo, por mi parte abro la página marcada y practicó mi mejor “brit intonation” para llevarlo a la cama despues de eso. Funciona. Me dice: Tengo que llevarte hasta tu transporte porque un hombre debe cuidar a su mujer victoriana. yo respondo: el hombre victoriano se preocupa de llevar a su mujer hasta la puerta de su casa. Termina en mi cama durante una semana. Evento llamado “la cita mas larga del mundo”.

Si. Soy renerd.respondo Mientras toma una foto de mi biblioteca, se impacta de ver que no quedan muros donde colgar un cuadro porque está toda cubierta de libros,¿Quién eres,Karen?( esa es la primera vez que escucho esa pregunta, mas adelante no dejara de repetirse) le respondo-una mujer tremendamente hermosa- nos reimos y damos paso a una nueva borrachera, pero es hora de que vaya a su casa .No le extraño, aun poseo mi preciada libertad. Me cambio ropa y salgo a una obligada fiesta laboral que termina en blondie,juntos nuevamente, somos como imanes calientes que no pueden parar de buscarse. Segunda cita otra semana juntos.

El tiempo pasa y él se ha ido. Lo extraño. Extraño sus mentiras, su risa fuerte y desencajada, mis gestos en su rostro, sus estupideces, su pecho cuenca. Se juntan dos heridas, el amor se drena hasta perderse en amantes que no sirven ni de terapia. Me gustaba mas cuando no existia,¿cómo mierda puedo amar una ausencia?, habria vuelto a caminar por las calles pasahs a meao de coquimbosoyyvengocantando. ¿acaso era mentira que me amaba?, entonces ¿por qué un frio acuario amanece una mañana inquieto por sacar esa palabra de su sistema?, ¿me olvidará?, ¿Podré olvidar un nombre sin rostro que busque desde mi infancia?,¿Podré olvidar la sonrisa que se dibujaba cada vez que me abría la puerta de su casa?

He metido todo en cajas, dejo “Frannie and Zooey” en conserjería para que lo retire,pero la puta suerte hace que nos crucemos en la entrada del metro. Pienso: la conchesumadre y mis manos tiemblan, extrañamente el hombre que se fue con una mentira dibuja una sonrisa en su rostro.mira me dice mostrandome el libro. No puedo ni decirle hola, no salen las palabras de mi boca, en cambio toco su pecho cuenca con mi mano y sonrio. Siempre tan coqueta, me dice. Suelto una carcajada. Nunca he sabido ser coqueta, tarao. le respondo para quitarte la lata de coca cola y continuar mi camino bebiendola. Abro la puerta y me arrojo a la mesa a llorar.

Todo en cajas mas una pequeña gata, le tengo alergia a los gatos, pero parece que no a las gatas ,es una bola de pelos y maldad a veces me agota y me dan ganas de devolverla con su viejo dueño, pero me la quedo, es mia y desde que deje atrás la shiki que me prometi nunca volver a regalar una mascota, no puedo seguir rompiendo el poco corazón que me queda.

Quiero llorar. Llorar porque el volumen de la radio me molesta, llorar porque me carga el reggetongo de los vecinos, llorar porque todo está en cajas, llorar porque no queda nada. Paralelamente, no puedo dejar de sentir esa desorientación de aquellos viajes que te llevan a lugares que no conoces. Aun cuando he regresado al inicio. Viajar en un camión con lo poco que te queda por más de 20 horas, no es fácil, menos si tienes que conversar con un señor que disfruta de la compañía. Una amiga cree que con su experiencia logrará convencerme de que no soy la única que lo ha vivido y me habla por el chat rebosante del optimismo con temas como “yo ya lo viví”, “También lo perdí todo”, “sé que se siente volver con los padres”, “pronto llegaras a los 40, los nuevos 20”,”la flor de la vida y soltera”, “Podrás con esto. Como has podido con lo otro”. Pero de verdad…no puedo, tampoco quiero una máquina del tiempo y arreglarlo todo…las ideas de muerte vuelven a la mente, con un rostro difuso, un rostro del pasado.

Todo en cajas, siempre en cajas, al final son solo libros, en este pueblo perdido en el desierto no necesito mis amados abrigos. Podrías haberlos hecho plata, dice mi hermana. Respondo: Naaaa que paja weón. Ella se ríe y me dice: erí muy pajera pendeja.

Me preparo un tabaco y me pongo una pulsera de amatista, pensando tontamente en que las piedras moradas ayudan a cambiar la energía. Transmutación. No sé qué chucha sea eso, pero me parece bien para el extraño momento en el que estoy. Solo sé que con el tabaco mi dolor de cabeza empeorará, pero en el fondo amo los vicios. Todas esas cosas malas están cargadas de placer. Siento el sabor del tabaco acariciar mi garganta, mientras levanto la vista para mirar lo que me rodea: paredes de adobe pintadas de un celeste casi verdoso, añoso. El cuarto es amplio, casi de las mismas dimensiones que el departamento en donde vivía, solo que esta es una sola habitación. La señal de internet es débil y necesito desempacar mi impresora para descubrir que llego en mal estado, eso es poco alentador, al menos las cajas ya son pocas. La ropa todavía está en bolsas, algunos libros y el Pc están fuera, para un seudo libre uso. Lamentablemente acá no existe la “banda ancha” aún estamos en el tiempo de “banda angosta”. Lo que complica un poco ver las redes sociales. Y peor si tengo que descargar alguna pega. Todos dicen que se empieza en lunes y yo nací un jueves.

Ayer medite, hice yoga e intente bailar flamenco con clases online…nada logró mejorar mi ánimo que venía en franca decrecida. Y bueno aquí estoy sin ánimos de ordenar, de guatas en el sillón donde duermo: porque lo perdí todo. porque a veces me pregunto si me extrañara, bloqueé sus redes sociales para no verlo. Me pregunto si alguna vez me amó, ya que el daño dejado debiera ser proporcional a…nunca entendí las matemáticas; los vaisnabas dicen que son las claves que nos dejó dios para que lo entendamos. Ese es otro hombre al que no entiendo…

Tengo frío, es extraño puesto que en este pueblo solo tenemos una estación, siempre hace calor: calor tibio, calor fuerte, calor doloroso, calor cuenca. Siempre sol, cielo azul, cerros ocres azulosos. Mi gata salta a su hamaca y se dispone a dormir su quinta siesta del día. Yo debiera ponerme a ordenar, pero prefiero comer el trozo de chocolate mega-amargo, y apagar el cigarro de tabaco para ir a regar las plantas. Prendo un incienso para esconder el olor del humo y le sirvo agua a la gata. Regar no me distrae, solo me hace pensar más. Pensar en que no quiero pasar a las piezas de adelante, donde está el resto de la familia, donde está el ruido, mi hermana, sus hijos. Pensar en que tengo que adaptar este pequeño lugar como dormitorio-sala y taller. Pensar en que necesito ayuda y no la sé pedir. Otra vez el rostro difuso en mis pupilas

Todas las viejas de este pueblo me miran como la tontorrona separada y pateada. Doble fracaso, pero al final perder un hombre es como perder un encendedor; no tienes uno bueno hasta que inviertes en un zippo. Y yo no tengo plata para eso, invierto en otras cosas, como un Pc para poder escribir esto y vivir lo más honestamente posible. Mi psicóloga me decía que tengo que buscar una pareja. Trató de convencerme de ser lesbiana, pero no me convencí, porque sueño con saber que se siente meterla. Y como que le dio vergüenza oír eso, le conté mentiras sobre noches de sexo grupal y todo eso. La muy demandable corrió a contarle a mi hermana sobre mi vida sexual ultra activa. ¡que payasa! Así fue como mi ego volvió, hasta ayer. Cuando lo vi poniéndole un anillo en el dedo a una rubia, los cuicos se casan siempre decía, ahora es él uno de esos que siempre le causaron risa. Y YO toda libre lo miro con cierto desdén, porque se ha atragantado con sus palabras, me ha costado estar entera y tener una nueva playlist, sé que aun stalkea mis redes sociales. Que extraña mi cabeza en su pecho cuenca.

El pecho hundido o pecho cuenca es una malformación que no requiere de mucho tratamiento, solo en casos extremos en los que el corazón corre peligro o simplemente no existe. Entonces pienso ¿qué clase de persona puede vivir sin corazón?,¿Cuántas veces le implotó antes en el pecho? Me pregunto si la ama, sé que la ama menos que a mí, por eso stalkea mis redes sociales y a veces se le arrancan laiks en mis fotos. Pobre hombre roto por dentro. Sí, yo lo perdoné, no tengo espacio en mi parchado corazón para tener emociones feas. Lo perdoné y le deseé felicidad en su nueva vida, para luego dejar mis redes sociales en perfil secreto-privado.

…Ahora le toca a él amar a una ausencia.